domingo, 10 de octubre de 2010

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CARTA ABIERTA AL GENERAL BRINZONI
Al Señor
General Ricardo Brinzoni:
...Presente

He recibido su atenta invitación a disertar en el XIer Curso de Comunicación Institucional a desarrollarse en el Estado Mayor General. Debo confesarle que el solo hecho de recibir una carta del Ejercito me ha causado un profundo estremecimiento. La última vez que la institución que se encuentra hoy bajo su mando se comunicó con mi familia fue en 1977 en una misiva dirigida a mi madre en la cual se justificaba el confinamiento de su esposo porque a consideración del Ejército se trataba de "un miembro de la subversión". Hay poco que usted desconozca y yo pueda agregarle sobre los sufrimientos e injusticias que mi padre padeció desde la noche en que un grupo de personas violentaron nuestro domicilio identificándose como miembros del Ejército en Operaciones y procedieron a secuestrarlo. Seguramente fueron similares a las que debieron sobrellevar los miles de secuestrados ilegalmente. Mi padre fue torturado, le practicaron falsos fusilamientos, lo humillaron, tuvo que presenciar violaciones y torturas de otros prisioneros. A todo eso hay que agregarle que por tratarse de un judío debió soportar, además, que las sesiones de torturas fueran acompañadas por himnos nazis y se burlasen mientras lo picaneaban en el pene circuncidado. En fin, todas las injurias típicas de las bestias antisemitas. También durante horas el entonces coronel Ramón Camps junto a otros oficiales del Ejército lo interrogaban sobre los "siniestros planes sionistas para apoderarse de la Argentina" en una habitación cuyo único "adorno" era un retrato de Adolfo Hitler. Pero en cambio si puedo ilustrarlo sobre un aspecto que tal vez intuya pero no conozca en profundidad. El sufrimiento de mi madre. La humillación de una mujer tratando de encontrar a su marido en los laberintos de la muerte. Recuerdo un día en que fue recibida por el Coronel Ruiz Palacios quien, ante su llanto, le dijo burlonamente: "las mujeres argentinas no lloran". Para el oficial del ejército si mi madre lloraba era por judía. Es verdad, mi madre lloró mucho, y también luchó mucho. No dejó de hacer nada de lo que estaba a su alcance pero nunca sintió que sus actos reflejaban una valentía que no poseía. Vivía aterrada. De noche se despertaba con pesadillas y sus gritos eran desgarradores. Lamentablemente, mi madre nunca pudo recuperarse. Desde aquellos años la invadió una profunda pena, una tristeza que jamás la abandonó hasta su temprana muerte. Señor general usted me invita a disertar frente a miembros del Ejército. Me coloca en una difícil situación. No puedo aceptar y no lo puedo hacer porque para concurrir yo debería antes perdonar los padecimientos que el Ejército le ocasionó a mis padres. Inclusive mi participación en dicho evento podría inducir a los victimarios a sentir que mi presencia borra sus culpas y confundir a potenciales asesinos que con el tiempo se olvidan los crímenes. Me asusta la idea que mi presencia pueda, aun parcialmente, convertirme en cómplice de futuras violaciones a los derechos humanos. Pag. 2 Yo no puedo perdonar en nombre de mis padres. ¿Quién está autorizado para hablar en nombre de las víctimas?. Ni siquiera Dios puede obrar de tal manera. Tal como dice la Ley Judía: A los pecados contra Dios, en el Día de la Expiación les otorgará el perdón. A los pecados contra nuestros vecinos, el Día de la Expiación no les concederá nada hasta que no hayan sido perdonados por ellos". Su considerada invitación también podría inducirme a pensar que indica que el Ejército se ha arrepentido del sufrimiento infligido a mis padres. Sin embrago, el gran sabio Moshé Maimonides nos enseña que solo podemos conocer el auténtico arrepentimiento de una persona si el penitente se encuentra en la misma situación en la que estaba cuando pecó y entonces se abstiene de volver a repetirlo. El tema del perdón es siempre difícil y no quisiera que usted vea en mi postura la búsqueda de venganza. Ni tampoco es fruto de una improcedente altivez. Nada más alejado de mi forma de pensar. Simplemente no quiero pecar de una generosidad que no me corresponde. Ni de una magnanimidad que no merezco practicar. Los rabinos nos dicen que "aquel que sea misericordioso con el cruel sentirá indiferencia por el inocente". Comprenderá entonces que no puedo comportarme de tal manera con mis padres. Tampoco en el plano político me es posible ser indiferente a los hechos que padecieron mis padres. Comparto lo expresado por el diplomático bosnio, Sven Alkalaj, sobre el tema de la reconciliación: "No me cansaré de afirmar que es absolutamente necesario que exista un castigo para los culpables y un cierto grado de justicia para considerar la posibilidad de que se obre el perdón o la reconciliación. Si el genocidio queda impune, sentará un precedente para genocidios futuros. Sin justicia nunca podrá haber reconciliación ni auténtica paz". El perdón es una decisión que solo pertenece al perjudicado pero mis padres no pueden expresar opinión alguna ya que ambos han fallecido sin que nadie de la institución que usted comanda se haya acercado a ellos expresando su arrepentimiento. Como usted podrá apreciar le he otorgado a su carta una importancia significativa. Mi obligación de rechazar su invitación ha servido al menos para que conozca algunas de las reflexiones que a través de los años he encontrado en la búsqueda de respuestas a un tema tan difícil. El dilema del perdón aparece en forma constante en los textos bíblicos y en las interpretaciones de nuestros sabios, de nuestros profetas, y de nuestros maestros. Justamente, a mis maestros he concurrido para consultarlos si existe alguna forma por la cual alguien le pida perdón a una persona fallecida. Gracias a Dios la hay. Y yo estoy más que dispuesto a ayudar al Ejército a poder recibir el perdón de mis padres en el caso que deseen solicitarlo. De acuerdo con la Halajá (Ley Judía) el ofensor debe expresar su pedido de perdón frente a la tumba del ofendido. Si usted, en nombre del Ejército, desea obrar de tal manera será para mi un deber moralmente indeclinable acompañarlo, y luego invitarlo a leer en forma fraternal los salmos de alabanza que los judíos recitamos frente a las tumbas de nuestros seres queridos.

Montoneros de Papel:

EL DINERO DE LOS MONTONEROS EN PAPEL PRENSA.

Papel Prensa, es una sociedad que controla el monopolio ( ClARIN ) de papel de “diario”, éstos documentos demuestran como se financió con dinero de los secuestros de los herman ... ...os Born entre otros:

En dichoS documentos se pueden apreciar los puntos principales del dictamen final de la Fiscalía Nacional de Investigaciones, donde hace referencia de como el Grupo Graiver invirtió dinero de los montoneros en Papel Prensa.

Después de muerto, y en extrañas circunstancias, casualmente en México, se realizó una reunión entre los representantes de los tres Diarios: Clarín, La Nación y la Razón, (y la sucesión... del grupo Graiver).

En representación del grupo Graiver estuvo presente Isidoro Graiver. Y en representacióin de los “Diarios”.... Bernardo Sofovich y Patricio Peralta Ramos.

Finalmente, las conclusiones del Fiscal Ricardo Molinas:

1°.- Que el denominado Grupo Graiver, encabezado por David Graiver, adquirió entre 1973 y 1976 el control societario Grupo “A” de Papel Prensa S.A., empleando testaferros.

(Foto del libro de Patricio Kelly Noble Imperio Corrupto")

2°.- Que la organización Montoneros entregó a David Graiver inmediatamente después de la liberación, previo pago de rescate, de los hermanos Born, una suma de dinero superior a los US$ 10.000.000 y que, contemporáneamente con dicha entrega, David Graiver compró a su nombre o a nombre de integrantes del Grupo Graiver los paquetes mayoritarios, entre otras empresas, de Papel Prensa S.A.-

3°.- Que la Junta de comandantes, integrada por Jorge Rafael Videla, Eduardo E. Massera y Orlando R. Agosti, máxima autoridad de ipso del país a fines de 1976, a pesar de conocer y estar investigando, según sus propios dichos, aquella vinculación entre Graiver y Montoneros, autorizó al Grupo Graiver a transferir las acciones grupo “A” a los periódicos “Clarín”, “La Nación”, y “La Razón” apenas un mes antes de su detención, desaparición e interdicción de aquellos, ocultando todo lo referente a dicha vinculación hasta que la transacción queda concretada, lo cual constituye, “prima facie”, el delito de encubrimiento por omisión de denuncia.

Por último, entre las recomendaciones, la Fiscalía, en 1988 sugirió:

“Promover y asumir el ejercicio de la acción pública por ante el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional, en turno de ésta Capital, contra los representantes estatales BANADE a la época de la Comisión de los hechos imputados, por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público reiterado”. //

Isidoro Graiver, banquero de la subversion argentina, y estafador internacional , se domicilia en Alfonso XI,7 4º (28014) Madrid TE (34-1) 522-7457 begin_of_the_skype_highlighting              (34-1) 522-7457      end_of_the_skype_highlighting Fax (34-1) 523-5856 pueden escribirle a graiver@santandersupernet.com.

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Durante el periodo dictatorial, este sector económico aprovecha su relación con los militares para realizar toda clase de corruptelas y el personaje que identifica este tipo de conducta fue nada más y nada menos que David Graiver, hombre de negocios bien relacionado, primero con los peronistas y posteriormente con los militares. Los fraudes de Graiver cruzaron las fronteras de Argentina y las autoridades de Bélgica, Francia y Estados Unidos solicitaron su captura. Graiver fue dado por muerto en un misterioso accidente aéreo; nunca se encontraron rastros de su cadáver. Pero en este periodo había muchos Graiver entronizados en el poder.

( REBELION.ORG) En 1976, Ernestina Herrera adoptó a sus dos hijos. Los expedientes investigados un cuarto de siglo más tarde por el juez Marquevich por denuncia de las Abuelas son un catálogo de irregularidades. Según el periodista Héctor Timerman, Rogelio Frigerio le contó a su padre que se trató de una transacción económica que él mismo organizó, pero que nunca tuvo motivos para pensar que los chicos pudieran ser hijos de detenidos-desaparecidos. No es extraño, ya que Frigerio fue uno de los dirigentes políticos que con mayor entusiasmo defendió a la dictadura y sus crímenes. El 24 de marzo de 1977 afirmó que la presencia militar en el gobierno garantizaba un mecanismo de poder "genuinamente democrático, sensible a los intereses y las aspiraciones de las masas" (sic) y que no podían desvincularse los derechos humanos "de la acción subversiva, como hacían quienes promovían desde el exterior campañas en contra de la Argentina".

Tres meses antes, la Junta Militar había obligado a los herederos de David Graiver a desprenderse de sus acciones en la primera fábrica argentina de papel para diarios, que fueron adquiridas a bajo precio por Clarín, La Nación y La Razón. En 1981, los mismos métodos persuasivos fueron empleados por la dictadura para forzar el alejamiento del diario de la conducción frigerista, pero no la de Magneto. En mayo de este año, el ex dictador Benito Bignone dirigió una carta a Clarín en la que recordó con amargura que durante su desempeño como Secretario General del Ejército era invitado "a almuerzos en la redacción del diario a los que concurría con mis colaboradores. Por supuesto esos ágapes eran correspondidos con otros similares en la sede de la Se
Papel Prensa comenzó su vida el 11 de agosto de 1969 por un Decreto Ley Nº 18.312/69 del gobierno de facto del genera ...l Juan Carlos Onganía. Se creó un "fondo para la producción de papel". Otro decreto del mismo año, el 4.400/69, llamó a concurso internacional para licitar plantas de papel. Papel Prensa, hoy exclusivamente de dos diarios, "Clarín" y "La Nación", fue pagada por los aproximadamente 120 diarios del país a partir del 1 de agosto de 1970 al pagar una contribución obligatoria extra de 10% a la importación de papel de diario para crear ese fondo que fijó el mencionado decreto 4.400/69.
Por otro decreto, el 43/71 de 1971, del mismo gobierno militar, pero ya en época en que presidía el país el general Marcelo Levingston, se llamó a la licitación para las plantas. Se preveía una o más fábricas productivas de 340.000 toneladas para proveer a todos los diarios del país que ni hoy, treinta años después, se alcanzó en esa cifra de producción, fundamentalmente porque se desvirtuó el propósito de 1969 y abastece básicamente a sólo dos diarios. Se presentó a la licitación una sola firma formada por César Civita y sus socios César Doretti y Luis Rey, todos de Editorial Abril de esa época que editaba revistas como "Claudia", "Siete Días", "Panorama" y otras. La presentación se hizo sin cumplir los requisitos del pliego de licitación, por lo cual al año siguiente el entonces presidente de la Nación, también de facto, general Alejandro Lanusse, rechazó la propuesta de Editorial Abril por decreto 1.309/72, pero ahí se autorizó, en el equivalente a una "contratación directa" no conforme a la ley argentina, a Papel Prensa SA en formación a levantar una planta de menor producción final en zona bonaerense con la garantía de Editorial Abril.

El 6 de octubre de 1972 por decreto 6.959/72 se aprobó el contrato con la recién fundada Papel Prensa. Allí se fijaban síndicos aprobados por asamblea de accionistas pero propuestos desde el Estado. Además, el decreto obligó al ex Banco Nacional de Desarrollo a extender garantías a Papel Prensa por 20.500.000 dólares de ese entonces además de numerosas exenciones impositivas. "El Poder Ejecutivo excedió las facultades conferidas por la ley de contabilidad y el decreto reglamentario para la contratación directa", dictaminó en su famoso juzgamiento de Papel Prensa el titular de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, doctor Ricardo Molinas, años después, en 1988.

El contrato que se estableció entre el Estado y Papel Prensa SA, aprobado por el decreto 6.956/72 establecía clases de acciones y que algunas podían transferirse pero no las "A" del "Grupo Fundador". El 26 de diciembre de 1973 el socio Luis Rey adquiere la totalidad de las acciones a los restantes encabezados por Civita y ese mismo día pasan al grupo Graiver (fundamentado en galería Da Vinci y Rafael Ianover) porque Rey era mero testaferro. Aquí se cometió otra violación porque se transfirió a un tercero ajeno el paquete accionario vía el testaferro Rey. Con David Graiver continúa la construcción de la planta y aporte de capitales hasta que éste muere el 9 de setiembre de 1976 en un misterioso accidente aéreo en México cuando era investigado como financista del grupo subversivo Montoneros por los militares que habían tomado el poder seis meses antes de su presunto deceso. Nueve días después de esta muerte o "desaparición" se pelean los testaferros de Graiver en Papel Prensa y es allí cuando la clase "A" de acciones de la empresa pasa a los diarios "La Nación", "La Razón" y "Clarín" (también fue convocada "La Prensa" de Máximo Gaínza, pero no aceptó) por un misterioso acuerdo extrajudicial reconociendo derechos a Luis Rey del "grupo fundador" y posteriormente testaferro de David Graiver.


El 8 de marzo de 1977 Isidoro Graiver aceptó ante el juez Fernando Zavalía que el desaparecido David le había confesado que para dominar el paquete mayoritario de Papel Prensa le había dicho que "conseguiría una guita jodida" que apareció luego que era del grupo subversivo y muchos creen que provino del secuestro de los hermanos Born porque implicaba mucho dinero, 17.000.000 de dólares. Otros declarantes, caso Rubistein, manifestó ante los militares que sabía que esa deuda de 17.000.000 de dólares era con los montoneros que le exigían el pago a Lidia Papaleo, hija de Juan Graiver, por eso también Firmenich cuando fue detenido en Brasil dijo "Papel Prensa nos pertenece (a los montoneros)", o sea el dinero público por un lado, vía exenciones impositivas, el "fondo" con recargo de importación que le hicieron pagar a todos los diarios y un grupo subversivo, realizando secuestros extorsivos, erigieron la planta Papel Prensa en la localidad bonaerense de San Pedro que luego recibieron casi gratuitamente los que hoy la tienen, "Clarín" y "La Nación".
cretaría General del Ejército. Pasábamos momentos muy gratos y se conversaba con absoluta libertad".
El 2 de noviembre de 1976, cuarenta días después de la presunta muerte de David Graiver (muchos creen que hizo figurar una muerte para eludir a los acreedores, sobre todo montoneros) se hizo el traspaso a los diarios de las acciones de Pape ...l Prensa sin haberse resuelto la cuestión hereditaria de Graiver. Los herederos objetaron el bajo precio a que la Junta Militar los obligó a entregar las acciones. ¿Que podían discutir si el mayor aporte provenía de la subversión? La entrega física del paquete accionario se concretó el 18 de enero de 1977. Luego de ceder el dominio de Papel Prensa los miembros del Grupo Graiver fueron detenidos e intervenidos en todos sus bienes para que no hubiera reclamo sobre los herederos que afectara la tenencia lograda por "Clarín" y sus socios. El general Ramón Camps, jefe de Policía de la Provincia de Buenos Aires durante el proceso militar, efectuó las detenciones. Los herederos de Graiver ni siquiera llegaron a cobrar el saldo de precio de la cesión accionario por "desaparición de acreedores" según constató el fiscal Ricardo Molinas. O sea, el Estado por medio de la Junta Militar se comprometió en maniobras no jurídicas ni siquiera en lo poco jurídico -por caso violaron el artículo 277 del Código Penal, dijo el fiscal Molinas- que regía en esta época. La Junta Militar llegó hasta ocultar la relación Graiver-Papel Prensa hasta después de ceder las acciones a los tres diarios. Por un poco de vergüenza los militares impusieron a "Clarín", "La Nación" y "La Razón" a que ofrecieran a los demás diarios del país el 49% de Papel Prensa algo que, obviamente, nunca se concretó.

Pero aparte de tanta anomalía los militares hicieron que el Estado le financiara la adquisición a los dos diarios - aparte de lo que les regalaba- con dos préstamos obtenidos del Banco Español del Río de la Plata y del Banco Holandés Unido, sucursal Ginebra, por un total de 7.200.000 dólares a sola firma y sin aval ni otras garantías, obviamente porque el gobierno militar que lo gestionó las brindaba de hecho.

Héctor Magnetto, del monopolio Clarín, en 1988 dijo verbalmente al fiscal Molinas que lo investigaba, que el préstamo tenía el aval de una papelera internacional pero se negó a ratificarlo por escrito cuando se lo pidió el mismo fiscal magistrado. Más aún: el pago de los créditos a los dos bancos mencionados los hicieron "Clarín" y "La Nación" con "diferimientos impositivos" o sea que también esto, aparte del "fondo" y todas las exenciones, lo pagó la ciudadanía.

Por eso en su dictamen Molinas terminó pidiendo "Acción pública contra los miembros de las Juntas Militares intervinientes y del secretario de Desarrollo Industrial de ese entonces, Raimundo Podestá, y del ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz.

Posteriormente, ya en los años '80, el diario "La Razón", de la familia Peralta Ramos, entró en una caída vertical y terminó en quiebra que fue a manos de un juez cuyo nombre trascendió a conocimiento público, Héctor Foiguel López. Este magistrado le vendió a "Clarín" la parte accionaria en Papel Prensa de "La Razón" que era el único activo valioso de esa quiebra. La decisión de Foiguel López fue tratada por la Cámara de Apelaciones que dijo que el traspaso se hizo a "precio vil" y, además le solicitó a la Corte Suprema de Justicia que tramitara el juicio político para Foiguel López. La Corte analizó el caso, estableció que hubo "graves irregularidades" y le pidió a la Cámara de Diputados de la Nación el juicio político de Foiguel López por "la convicción inequívoca" -expresó la Corte- de una conducta grave y llama al juez "magistrado indigno". Llegado el pedido de juicio político a la Cámara de Diputados fue manipulado hábilmente por "Clarín", como es su costumbre cuando de legisladores se trata, y sorpresivamente un ex diputado, Alberto Balestrini (hoy senador provincial bonaerense), terminó proponiendo no el juicio político a Foiguel López, solicitado por la Corte Suprema sino hacérselo a los miembros de la Cámara de Apelaciones que había detectado la maniobra del magistrado. Era tan absurdo el juicio a los camaristas que todo quedó en la nada, pero también el juicio a Foiguel López que era lo que verdaderamente quería "Clarín", utilizando a legisladores. Poco después Foiguel López renunció como juez para pasar a vivir de sus rentas. Así fue como en Papel Prensa quedaron asociados "Clarín", "La Nación" y el Estado que es al que ahora se trataría también de sacarle la parte vía un pacto con un eventual gobierno frepasista a partir de 1999.
 

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